El acoso escolar es un problema que con la llegada de las nuevas tecnologías se ha agravado y ha derivado al ciberbullying o ciber-acoso. Éste se produce cuando un menor (o un grupo de menores) atormenta, amenaza, hostiga, humilla o molesta a otro a través de internet, teléfonos móviles o videoconsolas. Todo ello se consigue mediante la publicación y el envío de textos o imágenes dañinas, que desencadenan en situaciones de chantaje, vejaciones e insultos que traspasan del entorno virtual al real con trágicas consecuencias.
Se trata de una forma de violencia invasiva que, a diferencia del bullying tradicional, tiene un alcance mucho mayor y se prolonga también fuera de la escuela, por lo que el hogar deja de ser un refugio. A ello se une el anonimato, la no percepción real del daño causado o la adopción de roles diferentes en la red. Ya no se trata de un acoso tan directo, resulta mucho más difícil identificar al agresor. En ocasiones, el acosador ni siquiera es consciente de la gravedad de sus actos, ya que el efecto multiplicador de la red hace que una simple broma entre amigos pueda dar pie a más comentarios ofensivos y alimentar la sensación de agobio y aislamiento del acosado, golpeando seriamente su autoestima y frustración.
Gran repercusión ha tenido el caso de Amanda Todd, una niña de 15 años de Canadá que tras sufrir ciberbullying durante tres años finalmente se quitó la vida. Dejó en internet un vídeo en el que explicaba su historia a través de carteles que enseñaba a cámara, con la intención de ayudar a otros/as adolescentes víctimas del ciberacoso. Este vídeo ha dado la vuelta al mundo y las reacciones no se han hecho esperar con debates acerca de las medidas adoptadas, la legislación, el castigo a los acosadores y las reflexiones entre los propios menores.
Los padres y profesores deben ser conscientes de ello, tratar de detectar este tipo de casos al más mínimo indicio, así como utilizar herramientas de prevención. Pero sobre todo los menores han de tomar conciencia y saber cómo se debe actuar, no refugiarse en sí mismos y pedir ayuda.
Algunos consejos que deben tener en cuenta los menores son no facilitar datos personales, fotos o información comprometida; desconfiar de perfiles sospechosos, no caer en las provocaciones, ignorarlas sin contestar, pero guardando pruebas por si hubiera que realizar una denuncia y pedir ayuda sin esperar a que el problema pueda ir a más. La línea de ayuda correspondiente es www.internetsinacoso.com, web realizada por Protégeles, donde se puede denunciar el acoso. Asimismo, incluye información, consejos, aspectos legales, modos de prevención y pasos que se deben dar en caso de sufrirlo. A. E. Contraste 01/2013
No hay comentarios :
Publicar un comentario