El contenido informativo de muchos telediarios ocupa pocos minutos. La mayor parte del tiempo se dedica a: deportes, inclemencias meteorológicas, sucesos, gastronomía, curiosidades, ciertas manifestaciones culturales, espectáculos, alguna nota de sociedad, incluso con tintes rosa, o a diversiones.
Espero que la persona que haya empezado a leer estas líneas recuerde estas imágenes habituales en muchos informativos: un enviado especial, en una de las playas de la geografía española, nos entrevista en directo a un bañistas anónimo:
- ¿Qué tal?
- Pues, bien, aquí estamos, descansando y comiendo un bocadillo de tortilla.
- ¿Y qué... hace calor?
- Sí, pero se está muy bien en el agua.
- ¿Impresionante la playa, verdad?
- Impresionante, impresionante... la playa arena este año impresionante.
Estos reportajes se irán repitiendo hasta que se acerque el invierno. Entonces, asistiremos a otros episodios similares; preguntarán a un señor que esté en la calle a 2 grados bajo cero, pongamos por caso en el interior de Castilla.
- ¡Vaya frío! ¿no?
- Mucho, mucho. Yo no recuerdo algo así en mi vida y tengo 30 años.
- ¿Y cómo lo lleva usted?
- Pues, mire, mire...me abrigo con dos chalecos de lana, un chaquetón y una bufanda.
- ¿Y, qué...impresionado con las primeras nevadas?
- Sí, sí, esto es impresionante, impresionante...la nieve es impresionante lo fría que cae este año.
Lo que deja impresionado al telespectador es que el contenido de un telediario trate temas tan parecidos a los que -más o menos neutrales- se sacan esperando el ascensor, o en la cola para comprar el pan, con un vecino que apenas sabemos por dónde respira. Con la de asuntos tan importantes que nos atañen, asombra que un telediario de cobertura nacional, y con unos medios fantásticos, arranque en portada, con la sensacional noticia de que se ha llenado una playa un día de calor y prosigue con la novedad de que se puede dejar a las mascotas en un albergue de lujo, con un spa especialmente diseñado para animales.
Un informativo debe dar noticias. Y, según mi parecer crear opinión. Ir al fondo de los acontecimientos. Intentar llegar a los protagonistas, explicar qué pasa, cómo, dónde y porqué. Huir de la ideología. Ser crítico. Mostrar a la gente la actualidad desde un punto de vista independiente y profesional.
Supongo que debe influir que vivimos en una cultura donde se da mucha importancia a lo sentimental, donde lo ideológico contamina muchos enfoques, además impera la dictadura de lo correcto y que parte del público demanda productos mediocres. No obstante, las personas quieren estar informadas. Si algunos telediarios no satisfacen esta demanda, otras cadenas de televisión aprovecharán esta necesidad; también cabe navegar por internet o consultar la prensa escrita. Hoy, esforzándonos un poco encontramos alternativas. El hombre siempre querrá saber, informarse y formarse un criterio. Y contra toda dificultad seguirá buscando. Pedro Seco Varón.

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