Desde el comienzo del largo fin de semana, los informativos –y en general, el tono de casi toda la programación- aludieron de alguna manera a la celebración de la fiesta de todos los santos y al día de los difuntos.
Ciertamente, muchos minutos de los telediarios se dedicaron a contarnos la operación salida y retorno desde la perspectiva de la DGT y desde el trasiego de coches por toda España. Tampoco, faltaron conexiones con los cementerios. Multitudes de familiares visitaron los restos mortales de los seres queridos que pasaron a la otra vida. Entre medio de estos asuntos importantes, la parrilla televisiva hizo un hueco a fiestas anglosajonas (de origen más o menos tenebroso, según algunos proveniente del pasado pagano europeo. Una época oscura y cruel en muchos aspectos). En otra ocasión, nos quejábamos un poco de que el contenido de los informativos atendía demasiado a temas banales, esta costumbre importada a nuestra país podría ser otro ejemplo de ello.
Para no variar, los telediarios –sobre todo los de fin de semana- abordaron con generosidad temáticas como el turismo, la gastronomía, los viajes, las curiosidades... en esta ocasión, la lluvia nos ha ahorrado la conexión en directo con alguna playa, donde nos vienen a explicar lo impresionante que es un día en la orilla del mar, para un vecino cualquiera (Si lo cuenta un naturalista como el comandante Cousteau, la cosa cambiaría).
En fin, espero que estos días nos hayan servido para descansar, además de ver la televisión -que ha dado buenos programas y momentos-, para estar en casa o de viaje con la familia. También, supongo que en estos días habremos recordado a los familiares, amigos y conocidos que ya han fallecido. Agradecemos a la televisión que diera las imágenes de tantas personas que acuden a mostrar el cariño por sus difuntos.
Nuestro agradecimiento y nuestro recuerdo a quiénes partieron a la morada definitiva. Agradecimiento porque nos dieron la vida, nos quisieron, nos enseñaron, nos ayudaron, nos acompañaron...
Especialmente, es un deber recordar a los socios, amigos y colaboradores de la asociación; también, a los familiares de éstos. En el fondo, la verdad es que, desde una visión de fe, celebramos una fiesta: la Fiesta de Todos los Santos. La certeza de la muerte nos entristece pero no deja de ser motivo de esperanza. Pedro Seco Varón.

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