En efecto, los telespectadores prestamos atención a los periodistas y a quiénes forman este mundo de la televisión. A menudo, manifestamos nuestras opiniones sobre sus trabajos. Procuramos que siempre sean comentarios desde el respeto a su profesionalidad y desde el afecto personal. Quizás, somos propensos a críticas positivas; entre otros motivos, porque nos gustan este medio de comunicación y de esparcimiento y, por supuesto, las personas que lo hacen posible.
Hay un día al año, en el que se recuerda que la profesión de periodista es de las más peligrosas. Se hace recuento de los asesinados o de los perseguidos. Afortunadamente en España, existe libertad de expresión; por lo que la prensa puede ejercer sin más premisas que las marcadas por la ley y por la conciencia de cada uno.
El día 29 de septiembre, los espectadores asistimos estupefactos a agresiones o a violencias que sufrieron algunos profesionales de los medios por parte de grupos extremistas. Especialmente, nos referimos a los disturbios que unas personas -etiquetadas como de antisistemas- protagonizaron en la Ciudad Condal. A pesar del acoso, las cámaras grabaron los daños que ocasionaron.
Sin que tengan relación alguna con estas algaradas, otros profesionales de la comunicación denunciaron ante la opinión pública hostigamientos por parte de algunos piquetes, de entre los muchos que proliferaron la jornada de huelga general del 29-S.
El periodista -y cualquier persona- necesita libertad. La ley garantiza nuestra libertad. En este punto, los jueces juegan un papel fundamental. Al igual que los funcionarios del orden público que, como regla general, son los únicos legitimados para ejercer la fuerza.
Para que haya libertad se necesita respetar la verdad. Es muy importante saber aceptar a personas que piensan de otra manera. Un rival no es un enemigo. Un competidor o un adversario puede ser un amigo o un compañero. Hasta puede convertirse en un colaborador. Los deportistas, los artistas o las empresas privadas conocen bien todas estas cosas.
Pronto se publicarán los datos de audiencia del mes de septiembre. A raíz de los últimos de agosto, TVE se felicitaba porque alcanzaba el primer puesto con el 15,4% de la cuota de pantalla. Hoy día, existen muchas emisoras, con distintos enfoques, líneas editoriales y afinidades. Resulta imposible e indeseable pretender que unánimemente ofrezcan opiniones que cuadren exactamente con la propias.
Todas las personas debemos aceptar a las demás, respetar que piensen de otra manera y que manifiesten su opinión libremente; siempre, con honestidad y respetando la ley. Si estuviéramos plenamente convencidos del error del otro, incluso el análisis de éste podría servirnos para estudiar mejor nuestras posturas y exponerlas con más acierto.
No pretendemos descubrir nada nuevo, sólo queríamos solidarizarnos con quienes hayan visto, estos días, amenazada su libertad de expresión. Pedro Seco Varón.
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