Conducen por la izquierda, carecen de Constitución, mantienen la libra y realizan unas series de postín. Resultaría osado aventurar que la televisión británica es mejor que la americana. No. No lo es. Pero sí destaca que, a pesar de su desproporción –en presupuestos, en audiencias, en glamour–, las ficciones que emiten en Reino Unido ofrecen un nivel medio altísimo. Escandalosamente superior al de cualquier otro país europeo.
¿Por qué?
1. Un linaje catódico. Al indagar en cualquier historia de la televisión, se comprueba que la trascendencia de la pequeña pantalla británica viene de antiguo. Su éxito actual –que mezcla lo populachero con la alta cultura– se construye sobre los cimientos de ilustres predecesores. Una tradición de la que beber, desde la revolución humorística de los ‘Monthy Python’ y los desbarres de ‘Yes, Minister’ hasta el elegante clasicismo de ‘Retorno a Brideshead’ y ‘Arriba y abajo’, pasando por las innovaciones narrativas –tan influyentes– del gran Dennis Potter.
Semejante aristocracia televisiva ha generado un círculo virtuoso: un espectador acostumbrado a unos estándares premium. Y, como se sabe, un público exigente es la mejor garantía para una televisión de calidad. Los pases de pecho de ‘Exile’ o ‘The Shadow Line’ no son precisamente para ver mientras uno resuelve un crucigrama.
2. La herencia literaria. No es solo auparse sobre una tradición televisiva. Es, también, vampirizar toda una cultura literaria. Uno de los mejores distintivos de la caja lista inglesa es la forma que tienen de reciclar su tradición cultural. Sus dramas están rebosantes de adaptaciones del XIX (‘Great Expectations’, ‘Little Dorrit‘, ‘Emma’), transposiciones de relatos policíacos populares (’Sherlock‘, ‘Wallander‘), relecturas de mitos clásicos (‘Robin Hood’, ‘Whitechapel’) y ese omnipresente aliento shakesperiano. Por eso, entre otras armaduras, son grandes: porque han sabido bruñir el esplendor de su pasado. Seguir leyendo...
1 comentario :
Nahun acierta de lleno. Ciertamente, Inglaterra aporta al conjunto de Occidente y por tanto al resto del mundo muchas cosas. Desde la "alegre Inglaterra" medieval llega un peculiar sentido del humor. Desde su valiosa literatura, muchos buenos guiones, personajes e historias. Desde su rigor en el trabajo, su búsqueda de libertad...y todo combina bien con otras naciones porque, entre otros motivos, tenemos raíces comunes en el fondo.
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