Extracto de art. publicado en Fila SieteDavid Benioff y D. B. Weiss son los creadores y productores ejecutivos de Juego de tronos, la serie de 10 capítulos de la HBO que adapta la novela homónima del escritor estadounidense de 63 años George Raymond Richard Martin. Se trata de la primera de una saga de siete volúmenes titulada Canción de hielo y fuego, de la que se han publicado cuatro entre 1996 y 2005.
La serie se ha emitido en Estados Unidos de abril a junio de 2011, después de una campaña de promoción poderosa, a la que se ha sumado un gran número de comentarios en medios de comunicación y foros de internet especialmente dedicados al comentario de series. El piloto, que como los demás capítulos sólo se pueden ver por cable porque HBO es un canal de pago, fue seguido por 2’2 millones de espectadores.
Rodada en Irlanda, Escocia, Malta y Marruecos durante 170 días, su presupuesto no se ha hecho público pero rondaría los 60 millones de dólares, según señala Lesley Goldberg en un artículo sobre los números de la serie publicado en el influyente The Hollywood Reporter, en el que también se dice que en esta primera temporada hay 162 actores con diálogo y el mayor número de extras utilizados en un día de rodaje fueron 250. La segunda temporada ya se ha confirmado, adaptará el segundo libro, Choque de reyes (A Clash of Kings). Ese libro me ha parecido muy similar al primero, las tramas son pobretonas en su evolución y el arco de transformación de personajes es muy poco imaginativo, por lo que presumiblemente la serie entrará en un bucle y tendrán dificultades para llegar a tercera temporada.
En una época que se asemeja a la Inglaterra de la Guerra de las Dos Rosas librada por los York y los Lancaster en la segunda mitad del siglo XV, la acción tiene lugar en un continente llamado Poniente, también similar a las Islas Británicas.
Después de una larga guerra, Robert Baratheon ocupa el Trono de Hierro al que deben vasallaje los Siete Reinos. Baratheon ciñe la corona después de liderar una rebelión contra la dinastía Targaryen, que fue expulsada.
Un muro separa el mundo civilizado de las tierras salvajes, donde habitaban horribles criaturas, que llevan siglos sin dejarse ver. El muro es defendido por una guarnición de guerreros célibes, los Vigilantes de la Noche.
La serie es fiel a la novela, un relato hábil lleno de truculencias que va cambiando continuamente de escenario para seguir las peripecias de los protagonistas, todos inmersos en una red de traiciones, asesinatos, lujuria, vejaciones, corrupción, violencia irracional y ambición insaciable. Los primeros cuatro capítulos son ciertamente lentos y espesos porque hay que presentar a un montón de personajes, luego la cosa se acelera.
El mundo de Juego de Tronos es un pozo que se ha llenado con perversión, vileza y crueldad. La serie lo retrata con todo lujo de detalles, sin el mínimo interés por la sugerencia, la elipsis o los implícitos (en la novela está todo esto, pero hay menos empeño en detenerse en los pasajes más sórdidos). Hay en la serie una crudeza que en bastantes ocasiones es pornografía y sadismo gore avant la lettre. De llevarse al cine su calificación en Estados Unidos no sería R sino NC-17.
Extracto de art. publicado en Fila Siete. Leer.
El mundo de Juego de Tronos es un pozo que se ha llenado con perversión, vileza y crueldad. La serie lo retrata con todo lujo de detalles, sin el mínimo interés por la sugerencia, la elipsis o los implícitos (en la novela está todo esto, pero hay menos empeño en detenerse en los pasajes más sórdidos). Hay en la serie una crudeza que en bastantes ocasiones es pornografía y sadismo gore avant la lettre. De llevarse al cine su calificación en Estados Unidos no sería R sino NC-17.
Extracto de art. publicado en Fila Siete. Leer.
1 comentario :
Por lo menos, la historia se desarrolla en un país imaginario. Podía haber sido peor: haberla situado en la Edad Media; tan desconocida, tan desfigurada por los tópicos e injustamente tratada.
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