El capitán pirata, al mando de una desaliñada e improvisada tripulación, y aparentemente sin percatarse de los insalvables obstáculos a los que se enfrenta, se centra en su único sueño: vencer a sus eternos rivales Black Bellamy y Sablazo Liz y conseguir el ansiado premio de Pirata del Año, en una odisea que conducirá a nuestros héroes desde las orillas de la exótica Blood Island hasta las brumosas calles del Londres victoriano. Durante el transcurso de su viaje, lucharán contra una reina diabólica y formarán equipo con un joven y perdidamente enamorado científico, pero jamás perderán de vista lo que más le apasiona a un pirata: ¡la aventura! La Butaca. (8/10)
La piratería es uno de los temas que mejor caen en la pantalla grande, lo tiene todo: aventura, acción, persecuciones, enigmas, grandes espacios, exotismo, personajes atractivos y el encanto de estar viendo una película de época. No sé cuál fue la primera película de piratas, pero sé que se rodó hace más de cien años, y que había unos malvados que morían y también unos piratas “buenos” que gracias a su valor conquistaban a la dama. Los estudios Aardman llevan años ganando premios utilizando figuras de plastilina y la técnica del stop-motion, pero con un derroche de creatividad e ingenio y un acabado impecable. Fila Siete. (8/10)
En ¡Piratas! Aarmand acierta al recuperar para el largometraje la especialidad de la casa, la técnica conocida como stop motion que le da un encantador aspecto artesanal a los dibujos. La animación es lo suficientemente dinámica e imaginativa, y sobre todo, adquiere valor al ser diferente en un mercado prácticamente monopolizado por las producciones digitales. Además el guión rebosa un tipo de humor muy británico opuesto al de los films familiares de Hollywood, sobre todo más irónico. Tiene como cabe esperar en un estreno de estas características su moraleja, en torno a la importancia de la amistad. DeCine21. (3/6)
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