Buscando a Eimish es, sobre todo, una historia de amor. El punto de partida es el conflicto que se produce cuando uno quiere dar un paso más y el otro no. Como desenlace de esta situación, Eimish (Manuela Vellés) se va de casa y Lucas (Óscar Jaenada) emprende un vertiginoso viaje en tren hacia el pasado de su novia, para recuperarla.
Es una historia de amor, pero también de amistad, entendida como la familia que creamos a lo largo de la vida. De familia, como unidad básica de supervivencia. De personajes que luchan por lo quieren. Y es un viaje. Es el viaje físico de Lucas buscando a su novia por Berlín, Verona y Borguetto. Y el viaje interior de todos los personajes, pero sobre todo de Lucas, que descubre quién es verdaderamente Eimish... y quién es él.
Es una historia de amor, pero también de amistad, entendida como la familia que creamos a lo largo de la vida. De familia, como unidad básica de supervivencia. De personajes que luchan por lo quieren. Y es un viaje. Es el viaje físico de Lucas buscando a su novia por Berlín, Verona y Borguetto. Y el viaje interior de todos los personajes, pero sobre todo de Lucas, que descubre quién es verdaderamente Eimish... y quién es él.
Sorprende gratamente la solidez narrativa, interpretativa y dramática de esta película, sobre todo teniendo en cuenta que es el primer largometraje de su directora. Todas las interpretaciones son excelentes, y transmiten emociones muy variadas, confirmando así la calidad del guión y del propio reparto, compuesto por un grupo de actores y actrices heterogéneo, pero muy brillante. Aunque quizás lo más llamativo del filme es la audaz estructura narrativa de su guión, plagado de elegantes idas y venidas en el tiempo, que van fragmentando la información y dosificando las intrigas, al tiempo que enriquecen la linealidad de la trama principal. J.J. Martín (Cope). (8/10)
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