El cómic de Robert Kirkman, que ha sufrido lógicas y también polémicas variaciones en su salto a la pantalla, sigue siendo la principal referencia argumental de los guionistas. Como es natural, en la que es la tercera temporada, los cambios entre papel y televisión son más ostentosos y no siempre sientan bien a la caracterización de personajes.
Sin embargo, Kirkman y sobre todo Glen Mazzara, dan un giro a la calmada, para muchos, segunda temporada en la granja Hershel. Se han agitado las tramas y Rick y compañía tienen que usar más las piernas para correr y ponerse a salvo. Eso aporta más acción y dinamismo visual al guión, algo que esperaban muchos espectadores. Pero también se nota cierto agotamiento en el arco y evolución de algunos de los protagonistas, lo que obliga como es habitual, a introducir algunos nuevos y a provocar giros algo forzados. No cabe duda que esta tercera entrega de zombies es más violenta que la anterior, no solo por la habitual masacre de cabezas de zombies, sino sobre todo desde un punto de vista más soterrado en la hipócrita comunidad dirigida por el Gobernador...
Con excesos en violencia y sexo, esto último de manera más puntual, The walking dead mantiene una pugna entre contentar al público fan freak y a otro, no habitual de la ciencia-ficción y los cómics, pero interesado en los debates socio-antropológicos que propone la serie... Contraste.
Con excesos en violencia y sexo, esto último de manera más puntual, The walking dead mantiene una pugna entre contentar al público fan freak y a otro, no habitual de la ciencia-ficción y los cómics, pero interesado en los debates socio-antropológicos que propone la serie... Contraste.
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