En un bar de Detroit, en los años 70, dos responsables de una compañía discográfica escuchan y contratan a un cantautor del estilo del afamado Bob Dylan pero con unas letras mucho más comprometidas y una voz más aguda, que recuerda a la de José Feliciano. Parece un éxito seguro. A pesar de ello, ni ese primer disco de Rodríguez, así se llamaba el cantante, ni el segundo y último alcanzarán un nivel de ventas aceptable y el cantautor pasará enseguida al anonimato.
Sin embargo, un ejemplar del primer disco llega a Sudáfrica y allí se convierte en un éxito sin precedentes. Son los años del apartheid y de un agobiante control policial e ideológico y la música de Rodríguez se convertirá en un referente para la juventud liberal y contestaria. Y ello a pesar de no conocer nada sobre el autor, del que solo les llegan rumores de un dramático suicidio muy del estilo de una estrella del rock. Eso impulsará a dos de sus más rendidos fans a emprender la búsqueda de su idolo musical.
La opera prima de Malik Bendjelloul, que escribe, produce y dirige Searching for Sugar Man, no puede ser más acertada ni tener más calidad e interés. No es fácil conseguir que un documental te atrape si el tema no interesa a priori, pero Bendjelloul ha dado con la clave para que el espectador disfrute ante su película como si de un thriller o de una comedia se tratase... Contraste.
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