El pasado 15 de Marzo, supimos que un programa de televisión georgiano recreó una invasión a su país por tropas rusas. Muchos espectadores quedaron confundidos e incluso un grupo muy numeroso lo vivió como un suceso verídico. Los medios de comunicación han relacionado esta noticia con aquella representación radiofónica que hizo Orson Wells, en 1938, de La guerra de los Mundos, que provocó situaciones de caos en EE.UU. En definitiva, nos encontramos, de nuevo, con la fuerte influencia y sugestión que los medios de comunicación pueden ejercer sobre el público. El quinto poder es capaz de hacer real o hacernos creer que es real una novela o una simple obra de ficción.
Ciertamente, se nos vienen a la cabeza muchos temas interesantes. Veamos la cuestión desde otro punto de vista. Por ejemplo, qué sucede cuando los medios de comunicación trasladan a la opinión pública no una ficción –“algo de mentira”: una farsa- si no una historia real, con pericia, persuasión y audacia. Recordemos un caso: el secuestro y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco. Desgraciadamente, no era la primera vez en España que los terroristas mataban a una persona secuestrada. En esta ocasión, la reacción de la sociedad fue única, ejemplar e histórica. Independientemente, de muchos factores políticos o incluso sociales o de la mentalidad de los españoles de 1997, aquél movimiento de masas no hubiera sido posible sin la participación de las televisiones, las radios y los medios escritos del momento. Se movilizó a toda una nación a favor de una causa noble.
En definitiva, por un lado, da un cierto temor ver cómo se puede hacer que se equivoquen –incluso, sin pretenderlo- muchas personas. Y, todavía peor, causa bastante alarma saber que es posible manipular, intencionadamente, a masas enteras de seres humanos. Sin embargo, en otro sentido, me produce una gran esperanza saber que unos medios de comunicación que sean altavoces de la verdad, pueden conseguir la movilización y la respuesta de multitudes mayores todavía. La verdad, lo justo, lo bello... lo que es bueno, cuando se ofrece a la gente, provocan una acogida enorme y más duradera que ninguna otra cosa. Pedro Seco Varón.
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