¡Por fin es Navidad! Felicidades a todos nuestros socios y amigos o a cualquier persona que haya llegado a esta página.
Seguramente, habremos confeccionado algunos planes extraordinarios para estos días: más tiempo para pasar en familia, leer un libro, ir al cine, ver un poco más de televisión...Pero antes de emprender estos pequeños proyectos, hemos querido compartir unos minutos con nuestros amigos de Regina Mundi.
Como venimos consiguiendo cada trimestre, entregamos algunos DVD a Regina Mundi. En esta ocasión para completar la programación navideña. Siempre, resulta gratificante contar con alguna buena película a la hora que uno quiera, sin depender de los horarios de las cadenas. Nunca alcanzaremos la preparación de un programador de televisión. No obstante, en cierto modo, nosotros mismos podemos convertirnos en programadores aficionados. Para ello, entre otras cosas, necesitamos ir coleccionando una pequeña videoteca.
La hermana Ana nos agradece el detalle de cariño que tenemos con los enfermos. Nuestra visita coincidió con la llegada de un grupo de cuatro jóvenes voluntarios, que ayudan a comer a los residentes más impedidos. La hermana Ana nos comentó que la televisión tenía que hablar también de esta juventud. Ciertamente, las buenas noticias, lo corriente o lo normal, parece, que no se venden bien; pero existen. La televisión nos ofrece la posibilidad de descansar de las preocupaciones cotidianas, por ejemplo con los contenidos de ficción, pero tiene una deuda con la realidad. No solo con las realidades malas o con lo excepcional. También son reales las personas corrientes, con sus valores y su sentir. En definitiva, la televisión podría mostrar algo más de la gente común, mayoría, quizás silenciosa, y que rara vez se hace notar públicamente, pero que es parte importante de la sociedad.
En efecto, la Navidad, entre otras cosas, nos recuerda el valor de lo humilde. La fuerza real y de futuro que puede llegar alcanzar lo cotidiano o una pequeña acción. Aunque en honor a la verdad, estas cosas se hacen más visibles en la televisión durante esta época del año. ¿Quizás, por esto mismo, muchas veces deseamos que la programación de televisión fuera siempre como en Navidad?
Pedro Seco Varón
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