Las buenas noticias no venden

Casi siempre, los informativos han dado más malas que buenas noticias. Por este motivo, podríamos llegar a pensar que el mundo es peor de lo que realmente es. Hay casos en los que la información que recibimos es escasa y, además, se nos ofrece teñida con tintes negativos. Esto sucede a veces de forma recurrente durante años. Si a esto sumamos que no conocemos bien muchos temas y personas de actualidad, podemos encontrarnos con poco espíritu crítico para discernir. Y, no entraremos a considerar los extremos de manipulación que suponen las campañas y las verdaderas persecuciones que, de forma malintencionada, se podrían fraguar desde algunos poderes mediáticos, para atacar a personas o a instituciones, o para desacreditar a determinadas formas de entender la vida e imponer su forma de pensar.

Nosotros hablamos de los medios de comunicación que cumplen con su trabajo. Pero, esto no nos exime a nosotros, los telespectadores, de seguir buscando la verdad. Podemos y debemos formarnos. Vale la pena leer libros o escritos de más entidad sobre asuntos graves que acaparan la actualidad y que nos pueden parecer extraños. La compresión profunda de lo que pasa no la ofrece un noticiario; entre otros motivos, porque no está entre sus objetivos más prioritarios, ni es el espacio para ello.

Aunque no pase de ser una simpleza, quizás nos sirva para ilustrar la idea: imaginemos a una persona que no viviera en nuestra época y que solo supiera de los coches por las noticias de accidentes mortales provocados por conductores bajo el influjo de la droga, del alcohol o de la imprudencia, podría pensar que todo lo relacionado con el motor y los automovilistas es un peligro y el origen de grandes males.

Necesitamos conocer las malas noticias, pero también conocer con mayor profundidad los porqués. Desde finales del siglo XIX, el mundo occidental sufre una crisis de la razón. Hoy, más que nunca, contra toda esperanza, debemos intentar razonar, pensar, comprender, diferenciar las cuestiones, distinguir...Siempre, mientras existan hombres en la tierra, resultará imprescindible buscar la verdad para caminar por la vida. Pedro Seco Varón.