ABC. 14/06/2010
Las cadenas públicas autonómicas no saben de estrecheces. Eso parece. Mientras pensionistas, funcionarios e incluso quienes vayan a ser padres se verán forzados a apretarse el cinturón para llegar a fin de mes tras el ajuste impuesto por el Gobierno para ahorrar 15.000 millones de euros en gasto público, las emisoras regionales siguen a lo suyo, compitiendo con las privadas con un modelo de financiación basado en subvenciones de los gobiernos regionales y captación de publicidad. Para este año, el conjunto de las televisiones autonómicas tiene presupuestado unos gastos de 1.862 millones de euros, con unas pérdidas de 200 millones de euros que luego, a la hora de la verdad, se multiplicarán como en el caso de 2008, cuando perdieron más de 1.200 millones de euros. Además, la deuda histórica de estos operadores es de 1.480 millones de euros, cifra que sería aún más escandalosa si se le sumaran las aportaciones extraordinarias que cada Autonomía ha efectuado bien para compensar las pérdidas acumuladas o aportando anualmente recursos para que la deuda no estuviese asignada de manera específica a la TV pública.
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