El sector audiovisual es uno de los más cambiantes dentro del actual panorama económico y social. La plena integración de internet en el frente televisivo, y la más real y efectiva convergencia de pantallas, marcan uno de los objetivos industriales y comerciales del año. La Smart-TV va a irrumpir en el mercado con precios más bajos que los de los soportes actuales; la participación de las empresas de contenidos y aplicaciones (análogamente a los smart-phones) lo va a facilitar.
Sin embargo los cambios no sólo vendrán por la implantación de nuevos aparatos. La relación entre anunciantes y cadenas seguirá dando que hablar, y no sólo por los peliagudos aspectos éticos. Es un asunto de repostería. El pastel no es suficiente para todos, de modo que grandes y pequeños lo han notado y se buscan la vida. Los pequeños serían los grupos mediáticos que intentan sobrevivir en la ya algo crecida TDT. Algunas cadenas han cerrado sus puertas, otras las han reducido (limitando la producción propia) y queda por saber cómo atravesarán el desierto las supervivientes. Está claro que la audiencia se segmenta, pero como también lo hace hacia soportes no convencionales (internet) no tiene asegurada la tabla de salvamento.
Fuente: Editorial Revista Contraste enero 2012.
1 comentario :
Espero que algunas tv pequeñas sobrevivan y no terminen todas en manos de unos pocos medios de comunicación.
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