En medio de la jungla televisiva, los programas informativos son, para muchos espectadores, la cara seria de la cadena, la fuente fiable de lo que pasa en el mundo, y un oasis en medio de la trivialidad que inunda las parrillas.
Sin embargo, desde hace unos años, la información televisiva ha adquirido una serie de vicios que deforman su imagen e impiden que cumpla su cometido. Aquí se analizan sucintamente algunos de estos problemas.
Es cierto que en televisión se trabaja bajo mucha presión, sobre todo en los programas diarios. Los informativos no son, por ello, una excepción: siempre contrarreloj, pegados a la actualidad y al último suceso, y sometidos a presiones políticas y económicas.
Todo esto, que es real, no es excusa para disculpar sin más las desviaciones y excesos profesionales que se cometen, con cierta asiduidad, en los espacios informativos de nuestras cadenas. Detectarlos y analizarlos es una sano ejercicio –como el que este artículo pretende hacer-, que fomenta la visión crítica; sin olvidar, por otro lado, el excelente trabajo y también servicio social que llevan a cabo estos profesionales. Seguir leyendo.
Fuente: taconline.net
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